¡Dejadme vivir! Geología, Paleontología, Ecología, Educación.

Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

jueves, 18 de octubre de 2012

Otra vez se olvidan de la Geología.




     Este escrito, que ahora muestro en el blog, ha servido como base a la carta enviada a los medios de comunicación aragoneses desde la comisión mixta universidad-enseñanzas medias, recientemente formada. Su fin es defender la presencia de la asignatura "Geología" en las enseñanzas preuniversitarias, que la LOMCE, en su fase de proyecto de ley educativa, elimina  por completo del panorama docente.


     No es nuevo. Que las autoridades educativas, estatales o autonómicas, propongan reformas y nuevos modelos legales en educación es casi ya sinónimo de exclusión de la asignatura “Geología”. El anteproyecto de ley de educación (LOMCE) que el gobierno actual ha enviado a las Cortes para su tramitación vuelve a tropezar en la misma piedra: desaparecen  las enseñanzas de Geología  en 2º de bachillerato. Así mismo se relega la asignatura “Ciencias de la Tierra y medioambientales” (CTMA) a ser  optativa en 1º de bachillerato, cuando hasta la fecha es materia de modalidad en 2º de bachillerato de Ciencias para la Salud, y examinable en las pruebas de acceso a la Universidad.  Ante la alarma que esto ha suscitado entre el colectivo de profesores  de Ciencias Naturales de enseñanzas medias y del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza, se ha constituido recientemente una comisión mixta para tratar de analizar esta problemática,  proponiendo lo antes posible, y en paralelo a las actuaciones a nivel nacional, soluciones a la Consejería aragonesa de Educación  que permitan evitar este desajuste académico de graves consecuencias en nuestra comunidad.
     Pero, ¿a  qué obedece esta repetida “ofensiva” en contra de la Geología? Es difícil de entender desde una óptica profesional que esas autoridades académicas desprecien y releguen al olvido enseñanzas de la importancia e imperiosa necesidad  actual como las que se incluyen en esta materia, y que desde hace tantos años se imparte en la Educación Secundaria. No hay que apartarse mucho en el tiempo para demostrar con ejemplos lo necesario que es su aprendizaje. Este mismo verano el levante español ha sufrido  los avatares propios de un feroz fenómeno natural denominado “gota fría”. Lejos de poder evitarse, sí se hubieran podido minimizar sus efectos devastadores si los responsables políticos y técnicos en urbanismo de esa zona costera hubieran demostrado poseer conocimientos suficientes como para alegar con contundencia en contra de la construcción masiva de urbanizaciones de viviendas en zonas de   alto riesgo, tal y como se ha hecho en las últimas décadas. O se hubieran evitado muchas muertes de inocentes en el  caso del desastre, en 1996, del camping pirenaico de Biescas,  al no haber permitido su instalación en, nada menos, que el cono de deyección de un torrente, por peligroso e inapropiado del terreno para ese fin. Estos ejemplos, conocidos por todos, entre otros muchos que podemos poner, son un simple botón de muestra entre el sinfín de casos en los que, teniendo conocimientos medioambientales y geológicos, muchos de los desastres que hoy en día se producen, podrían ser evitados o minimizados. Y eso solo se consigue con un aprendizaje concreto y certero, en la educación secundaria obligatoria, bachillerato y universidad, de temas relacionados con las ciencias de la tierra, ya sean de cariz medioambiental, o estrictamente geológicos.
     Por ello resulta sorprendente, e incluso indignante que,  de un plumazo, se quiera prescindir de impartir esos necesarios conocimientos en nuestros centros de secundaria, ya sean públicos o privados, lo que inevitablemente llevará al ocaso del recién iniciado grado en Ciencias Ambientales, o  del departamento universitario de geología de nuestra universidad, que después de casi  40 años en funcionamiento eficaz en cuanto a docencia e investigación, se puede ver sometido a un proceso de desaparición. Si no se dan soluciones efectivas a esta agresión académica, la situación que se genere al hacer desaparecer las enseñanzas ambientales y geológicas, conducirá al  total deterioro  de uno de los pilares fundamentales del desarrollo social moderno, ya que se carecerán de los mínimos conocimientos requeridos para iniciar cualquier tipo de actuación urbanística seria, en la realización de grandes infraestructuras u  obras de equipamientos sociales, tan necesarios en la actualidad. Además, ese conocimiento, en relación directa con una mayor y mejor comprensión de nuestro entorno natural,  es el único que permite que la calidad de vida de la que disfrutamos actualmente sea posible dentro del marco de un verdadero  desarrollo sostenible. Por ello es necesario el apoyo y la comprensión de todos en defensa del mantenimiento de la Geología dentro de los planes de estudio preuniversitarios, objetivo que esta comisión mixta pretende conseguir. El futuro de nuestra sociedad está en juego.
 
Texto definitivo (mutilado por el periódico) publicado en Heraldo de Aragón el 30-X-12.
 
 

1 comentario:

  1. Hola Enrique. ¡Qué lástima! Una y otra vez con lo mismo. Pero viendo que lo que buscan con todas sus reformas educativas y con los modelos que se dan en los medios de masas, queda claro que lo que nuestros desgobernantes quieren no es más que borregos a los que adoctrinar y que no pongan en duda sus acciones y decisiones.
    Vosotros mismos lo decís a mitad del segundo párrafo: "si los responsables políticos y técnicos en urbanismo de esa zona costera hubieran demostrado poseer conocimientos suficientes como para alegar con contundencia en contra de la construcción masiva de urbanizaciones de viviendas en zonas de alto riesgo" El control de la construcción no habría permitido la burbuja inmobiliaria que nos ha llevado a todos a esta estafa que llaman crisis.
    Un saludo y mucho ánimo. Quizá gracias a vuestro empeño consigamos algún día tener un país mejor poblado por personas con algo más de cultura medioambiental y que luego no digan las burradas que dicen. A pesar de nuestros políticos.

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